CRONICA VISITA AL MUSEO DEL TREN AZPEITIA. 23 OCTUBRE.
La primera salida de este curso de Krakoleta fue el 23 de octubre, al Museo del tren de Azpeitia, en la Gipuzkoa profunda, pese a que está a algo menos de los 40 minutos que marcaban los GPS, que la inmensa mayoría tuvo que consultar para situar ese municipio en el mapa.
97 personas, finalmente nos juntamos en la entrada del museo. 5 familias en autobús de línea, el resto en coches particulares. A las 11 era la cita y a esa hora ya estábamos todos y todas dispuestos a disfrutar del museo. Para no variar, una pequeña llovizna, que afortunadamente no fue a mayores, nos hizo pensar si podríamos hacerlo sin sacar los paraguas.
Y la verdad es que no sólo el tiempo, ayudo, sino también la compañía, y que el museo es una gozada para disfrutar en familia, en koadrilla, en grupo y para apto para todas las edades.
En un enorme hangar, se juntan trenes y vías con trenes de todas las épocas. En esta ocasión, la visita era libre. Lo bueno es que se podía subir a algunos, y viajar en el tiempo. Muchos de los madres y madres recordamos viajes en ese mítico autobús de Lasarte, o el de Igueldo, o la parada de la Alameda.
A las 12:30 (más tarde de lo inicialmente previsto) teníamos apalabrada la visita en el tren de vapor. Y que nervios cuando vimos la gran locomotora que nos trasladó a los adultos más maduritos a las pelis de indios y vaqueros de nuestra niñez. A y cuarto ya estábamos todos en el tren, esperando que saliera ansiosamente.
Los vagones de madera, bonitas fotos. Nervios ante el primer pitido, el vapor…. Vamos toda una experiencia mágica… y eso que el viaje solo dura 40 minutos. Esos tuneles a oscuras. La carbonilla, el humo, todo servía para crear una bonita ilusión. La revisora y guía del tren, muy peculiar e inolvidable, y un tanto inquietante a decir de algunas niñas.
Pudimos ver el cambio de máquina y de regreso a la estación. Allí aprovechamos para hacernos una foto de grupo, con alguno subido más allá de donde no se podía.
La gran mayoría nos quedamos a comer, y pese a que conocíamos un parque cubierto que si hubiera hecho falta nos hubiera servido, nos recomendaron un parque estupendo, y apto también para todas las edades, con juegos atractivos, donde tanto adultos como criaturas lo pasamos genial. El sol y la temperatura también ayudaron. Y la verdad es que pasamos la tarde tranquila y relajadamente, mientras los niños y niñas intentaban pasar el tronco rodante, subir a la tela de araña, no caerse de la mesa giratoria, o trepaban por la lona…
En resumen un día redondo y estupendo.
Nos vemos el 20 de noviembre en el museo Oiasso de Irun.